El Club de las malas madres empezó en redes sociales hará cosa de un año para desmitificar el ideal de perfección en relación a la maternidad. A las diez de la noche el Club publica en sus cuentas de Facebook y Twitter la anécdota de alguna seguidora, a través de un cartel en blanco y negro y con aires vintage. Dejan de lado los temas más extremos de debate, como lo está siendo ahora el de la lactancia en público, por ejemplo, y se centran más en lo cotidiano. Con mucho sentido del humor y autocrítica, este grupo va ganando cada vez más popularidad.
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