lunes, 4 de mayo de 2015

10 lecciones que aprendí de mi madre

Igual que hice para el día del padre, en el día de la madre voy a compartir 10 lecciones que aprendí de ella.


De cada uno de mis padres aprendí más de diez lecciones, pero para no alargarlo hasta el apocalipsis zombi, aquí va una decena:

1. Sé egoísta. Si no piensas primero en ti misma y luego en los demás, nadie lo va a hacer por ti. Viste como quieras y haz las cosas que te gustan, no seas una oveja sólo por encajar con el resto del grupo. Si te apetece maquillarte, maquíllate; pero no lo hagas por gustar a alguien, sino para gustarte a ti.

2. Si sales a la calle, la ropa interior no es opcional. Y que esté limpia tampoco. Imagino que se debe un poco al miedo de las madres a pasar vergüenza por si te atropella un autobús y los de la ambulancia te pillan con las bragas sucias. Se han dado casos.

3. Tener la regla es una mierda. Que no te engañen los anuncios de compresas y tampones, en esos días del mes no apetece ponerse a dar brincos y estar la mar de feliz. Y sí, hay que aguantar bromas y chorradas, pero tampoco es el fin del mundo.

4. Sólo hay una cosa peor que un hombre machista: una mujer machista. Te cruzarás con hombres que te infravaloren simplemente por ser mujer, pero más peligrosas son las mujeres que lo aceptan. Mi madre siempre tuvo el 'girl power' bastante subidito.

5. Las listas. Si soy una persona organizada se lo debo a mi madre. Cuando me fui de campamento por primera vez, con 9 años, me enseño el maravilloso poder de las listas, donde apuntamos todo lo que me hacía falta dividido en categorías. Desde entonces, es raro que lleve conmigo una libreta (física o en el móvil) para anotar las cosas importantes y no tan importantes y para poner un poco en orden el caos de mi cabeza.

6. Su visión del amor. Siempre me ha advertido que hay mucho capullo suelto, aunque no lo parezca, pero que, aunque no dura para siempre, el amor existe.

7. Envejece bien. Los años pasan para todo el mundo y hay que saber (sobre)llevarlos. Las arrugas y las canas son inevitables, lo que es evitable es querer parecer una cría de quince años a los 60.

8. No juzgues a la ligera. Fijarse únicamente en el aspecto físico o en la primera impresión, no siempre es acertado; puedes perderte el conocer a gente maravilloso por dejarte llevar por los estereotipos. Además, nunca sabes por lo que está pasando una persona o la razón por la que hace lo que hace.

9. Confía en tu instinto. Si hay algo que te dice que alguien no es trigo limpio, evítale; si crees que la mejor opción es la más complicada, adelante; si sientes que tienes que salir corriendo, corre y si sientes que tienes que quedarte, quédate. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos y, a pesar de que podemos equivocarnos, nuestra intuición es nuestra mejor arma.

10. No dependas de nadie. En este punto, 'estamos trabajando en ello'.

¿Qué lecciones has aprendido de tu madre?

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