Sus pinturas se conciben en diversas combinaciones de tinta, acuarelas y óleos sobre papel, madera y tela. Las mujeres de sus retratos son resaltadas a base de líneas fluidas con tonos suaves que les confieren una singular belleza alejada del estereotipo de nuestro tiempo.
En sus últimas creaciones, sus cuadros se vuelven más oscuros e inquietantes, sin perder esa belleza mórbida que le caracteriza, alejándose algo más del erotismo delicado de sus anteriores composiciones, aunque sin perder esa insinuante sensualidad que hace de sus mujeres una marca de identidad característica.
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