En el post de ayer dije que estaba pasando unos días con la familia y que apenas tenía tiempo para nada. Eso es lo que le pasa a la mayoría de la gente en estas fechas, así que no estoy hablando de ninguna novedad.
Cuando vengo a Alcázar intentó repartir el tiempo equitativamente entre dos casas, de ahí que tenga que hacer un planning de cada día que paso aquí. En mi casa de verdad, en la de Sevilla, sólo vivimos dos personas y es muy fácil llegar a acuerdos y organizarnos, tenemos cada uno nuestro propio espacio y nuestro propio tiempo. Sin embargo, cuando vas a una casa en la que ya viven siete personas, encontrar tu espacio y tu tiempo es algo más que complicado.
Han sido varios días los que he intendo sacar el ordenador y poner a hacer todo lo que se me va acumulando. Las interrupciones son constantes y nunca para hablar de algo importante. La excusa es que si estoy con el ordenador es que estoy viendo una serie o una película, en el Facebook o haciendo alguna tontería. El concepto del ordenador como herramienta de trabajo parece que no cuadra en algunas mentes.
Todo esto me crispa un poco los nervios. Además hay que añadir que me cuesta concentrarme en un lugar en el que huele todo a tabaco. Puede parecer exagerado, pero trabajar en un ambiente lleno de humo me da unos dolores de cabeza increíbles. Entiendo que hay que respetar a todo el mundo y que los fumadores tendrán sus derechos, pero no hay que olvidar los derechos de los que no fumamos.
Ya quedan pocos días que pasar aquí. Decidí dejar lo más importante para cuando vuelva del viaje y mientras tanto "disfrutar" de estos momentos en familia.
Por último, recordad que está noche vienen los Reyes Magos. Aunque sólo sea por hoy: ¡portaos bien!
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